lunes, 12 de abril de 2010

LITERATURA NEOCLÁSICA.MOLIERE

EL TEATRO
El esplendor de la tragedia francesa

La tragedia neoclásica sigue los cánones y reglas de la tragedia grecolatina, inspirándose sobre todo en Euripides y Séneca. El sometimiento de los autores a las unidades de tiempo y lugar, fijadas por los preceptistas italianos del Renacimiento, da amplio margen al estudio psicológico de los personajes, que suelen ser de condición real o noble.

La necesidad de hacer transcurrir la acción en solo veinticuatro horas y un solo lugar obliga a los autores a condensar mucho la intriga. El desarrollo de la acción tiene que estar cuidadosamente encadenado, de forma que no atente contra las reglas establecidas. El rigor con que se aplicaban era total; a Comeille, un dramaturgo francés de la época, se le criticó duramente que en su tragedia "El Cid" -inspirada en una comedia española- la acción se trasladara de la calle al interior de la casa.

El teatro barroco español se había tomado muchas libertades, no sólo en lo que se refiere a las unidades de lugar y tiempo, sino también en el empleo de diferentes versos y estrofas. En cambio, el teatro francés del Neoclasicismo empleará casi exclusivamente el verso alejandrino.



Otra condición más tienen que cumplir las tragedias: suprimir las escenas sangrientas, porque se consideraban de mal gusto y poco ejemplares.

¿ De dónde sacaban los autores los asuntos de las tragedias?

De muy diversas fuentes; lo más frecuente es que se inspiren en temas de la tragedia grecolatina, en la historia antigua y en la Biblia; pero a veces extraen también argumentos de la historia nacional o extranjera. La Edad Media, sin embargo, desaparece prácticamente por considerarse una época ruda y poco civilizada.

Los personajes se mueven con fuertes sentimientos: la piedad, la ambición, el odio, el orgullo. Pero, a diferencia de la tragedia grecolatina, el hombre no sucumbe a las fuerzas cie¬gas de la fatalidad o el destino, sino que se salva o se condena a consecuencia de su modo de actuar, que es producto de su voluntad, de su razón y libertad. De ahí el carácter moral de la tragedia, que hace de la razón la regla que debe presidir los actos de los hombres. El coro de la tragedia clásica también desaparece.

La comedia, crítica de costumbres

Con la misma. finalidad moralizadora que la tragedia, la comedia neoclásica sigue los modelos de la comedia latina (Plauto y Terencio), y también de la comedia nueva griega (Menandro).

Del teatro de Plauto y Terencio toman los autores neoclásicos los prototipos humanos: los padres -viejos avaros y ridículos-, los jóvenes -irreflexivos y enamorados-, los criados -un poco groseros y otro poco ladrones-. Se suman a éstos al¬gunos tipos humanos de la época, como los pe.dantes, los devotos, y los cortesanos y cortesanas.

¿Qué intenta la comedia neoclásica? La comedia se vale de la intriga para ridiculizar y fustigar los vicios sociales. la hipocresia. el presumir.
Moliere. el comediógrafo más representativo de la época y uno de los más importantes de todo~ los tiempos. critica y ridiculiza loscjefectos de la sociedad francesa de su tiempo. incluida la nobleza; tampoco se abstiene de hacer extensiva su critica al rey y a la Iglesia. que por muchas razones eran intocables.



MOLIERE
Toda una vida entregada al teatro

Moliere es el creador de la comedia francesa. El teatro francés de aquellos momentos era una imitación de los clásicos, que lo alejaban de la tradición literaria francesa. y él tuvo el acierto de saber aprovechar la corriente clasicista, junto con una serie de elementos tradicionales, marcando una nueva dirección llena de impulso y de características propias de su país.


Juan Bautista Poquelin, verdadero nombre de Moliere, nació en París en el seno de una familia acomodada de la burguesía comerciante. Estudió primero con los jesuitas, y, más tarde, la carrera de Derecho.

Bien pronto su vocación por el mundo del teatro le hace abandonar una situación estable y un futuro como comerciante o como abogado. Muy joven se une a unos "cómicos", gentes que entonces estaban muy mal consideradas e incluso despreciadas por la "buena sociedad". Abandona todo y cambia su buena situación por una vida errante.

Durante doce años recorre Francia como actor y lentamente se va iniciando como autor teatral. con pequeñas piezas llenas de humor y divertida sátira costumbrista. Formó su propia compañía y compaginó sus actuaciones con la producción de comedias, que le dieron un gran éxito ante todo tipo de públicos, llegando a ser protegido por el rey Luis XIV.

Murió repentinamente, representando una de sus obras, "El enfermo imaginario", habiendo dado al teatro su vida en¬tera y su capacidad como escritor inteligente, dedicación que la posteridad compensó con el éxito ininterrumpido de sus obras en todo el mundo.

Observando la vida

Como hombre culto conocía bien a los autores del teatro clásico, y también a los dramaturgos contemporáneos extran¬jeros, escogiendo de ambos ideas y temas para sus obras.
Su vida errante en los primeros años de actor, y en la corte después, le dio ocasión para conocer y estar en contacto con la realidad humana de la totalidad de la Francia de aquella época. Era buen observador y supo ver con claridad las facetas más ridículas del comportamiento humano. Cada una de sus co¬medias es una caricatura alegre y divertida de alguno de estos tipos ridículos, como el hipócrita, el avaro, las mujeres sabihondas o los médicos pedantes.

Desenmascarando lo ridículo

Gran parte de sus comedias están escritas en verso, dificultando un poco la agilidad y la gracia de su estilo. Los escritos en prosa son un modelo del dominio que Moliere poseía para crear situaciones cómicas, acentuando los aspectos ridículos con un humor agudo y elegante que nunca cae en lo grosero. El lenguaje con que hace hablar a sus personajes es variado y adecuado siempre al tipo que representa.
Parece que este autor no tuvo intención de moralizar, sino solamente de hacer reir, según sus propias afirmaciones. No pretende desarraigar esos defectos o vicios que retrata con estilo burlón y divertido; quizás el fondo de su obra sea un ataque a todo lo excesivo y a la falta de moderación y equilibrio.


Galería de caricaturas humanas

"Las preciosas ridículas" es un retrato caricaturesco de las damas cultas y pedantes de la corte, volviendo a insistir en el mismo tema con "Las mujeres sabias", El 'Tartufo" presenta a un beato hipócrita que esconde un alma ruin y que intenta aprovecharse de la piedad de un bondadoso padre de familia. Otros tipos son "El avaro", "El misántropo", tomados todos ellos de la realidad, sin inventar ni deformar nada, solamente exagerando estos defectos. "El burgués gentilhombre" es el caso de un "nuevo rico" que quiere comportarse, inútilmente, de manera adecuada en su nueva esfera social. Los médicos fueron objeto de sus más finas y enconadas burlas por su pedantería y su lenguaje cabalístico con el que trataban de impresionar a la gente. "El médico a la fuerza" (o "a palos", como fue traducido en principio) narra las visicitudes de un pobre palurdo que se ve obligado a ejercer como doctor, tratando de imitar la fraseología oscura de éstos.
La sátira de Moliére está enlazada con el estilo sencillo de los "fabliaux", típicamente franceses, y por ello su obra encaja con la tradición y el gusto franceses, haciéndole creador de un estilo propio de este país en el teatro. La universalidad y el éxito constante de su obra se debe a la creación de esos tipos tan humanos, propios de cualquier sociedad de todos los tiempos.

OBRAS DE MOLIERE: "Tartufo", "El avaro", "El misántropo", "El burgués gentilhombre", "Las preciosas ridículas", "Las mujeres sabias", "El médico a palos", "El enfermo imaginario".

lunes, 5 de abril de 2010

ISAAC ASIMOV


A efectos legales se considera que Asimov nació el 2 de enero de 1920 en Petróvichi de Gobernación Mogilevskaya, Bielorrusia (desde 1929 hasta ahora Óblast de Smolensk, Rusia, a 400 km al suroeste de Moscú y 16 kilómetros de la frontera con Bielorrusia actual). Sus padres, Judah Asimov y Anna Rachel, de origen judeo-ruso, se trasladan a Nueva York el 11 de enero de 1923, cuando el autor tenía tres años.
Su infancia transcurre en el barrio neoyorkino de Brooklyn, donde el joven Isaac aprende por sí mismo a leer a la edad de cinco años. La juventud de Isaac transcurre entre los estudios y el trabajo en las distintas tiendas de golosinas que su padre rentaba en el barrio de Brooklyn. Fue entre esos estantes llenos de revistas donde el joven Isaac se encuentra por primera vez con la ciencia ficción. En su adolescencia temprana escribe sus propias historias y a los 19 años comienza la publicación de sus relatos de ciencia ficción en las revistas (ahora clásicas) de ficción llamadas «pulps».
Se gradúa como bioquímico en la Universidad de Columbia en 1939. Al ser rechazado para ingresar a las escuelas de medicina de las universidades de Nueva York, regresó a Columbia y decidió tomar un postgrado de química, título que obtuvo en 1941. El siguiente año, 1942, fue particularmente significativo para Asimov, al partir hacia la ciudad de Filadelfia donde tomó un trabajo como investigador químico en los astilleros de la marina de guerra estadounidense, empleo que mantendría en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. En 1948 consigue el doctorado en química accediendo a la Universidad de Boston, donde permanecerá como asociado pero sin opción a enseñar. La universidad deja de pagarle el salario en 1958, pero para entonces, los ingresos procedentes de su trabajo como escritor son mayores que los que consigue con su labor universitaria. Asimov permanece en la facultad como profesor asociado, y en 1979 le ascienden a profesor titular. Sus documentos personales de los años 1965 en adelante se archivan en la Biblioteca Mugar Memorial de la Universidad de Boston, donde ocupan 464 cajas en 71 m de estanterías. En 1985 es elegido Presidente de la Asociación Humanista Americana, cargo que ocupa hasta su muerte en 1992. El sucesor, amigo y colega de Asimov en su trabajo como escritor fue Kurt Vonnegut. Fue también, hasta su muerte, vicepresidente honorario del club Mensa.
Asimov se casa el 26 de julio de 1942 con Gertrude Blugerman, con la que tiene dos hijos: David, nacido en 1951 y Robyn, en 1955. Tras un largo periodo de separación, se divorcian en 1973 y a finales de ese año se casa con Janet O. Jeppson.
Asimov muere el 6 de abril de 1992 tras un fallo coronario y renal. Le sobreviven su viuda Janet y sus hijos habidos en su primer matrimonio. En 2002, Janet Asimov reveló en su propia biografía que la muerte de Isaac Asimov fue debida al SIDA, enfermedad que contrajo durante una operación de bypass en 1982.

Posición intelectual

Isaac Asimov fue un humanista y un racionalista. No se opuso a las convicciones religiosas genuinas de los demás, pero se enfrentó a las supersticiones y a las creencias infundadas. Tenía un miedo a volar que hizo que sólo viajara en avión dos veces en toda su vida, lo que le hizo pensar que podía padecer de acrofobia. Asimismo padecía claustrofilia, es decir, le gustaban los lugares pequeños y cerrados.
Asimov era un progresista en temas políticos, y un seguidor incondicional del Partido Demócrata de los Estados Unidos. En una entrevista televisiva a principios de los setenta, respaldó públicamente a George McGovern. Se sintió muy desilusionado cuando vio las tácticas, que él consideraba irracionales, de los activistas progresistas desde finales de los años sesenta en adelante.
Su defensa de las aplicaciones civiles de la energía nuclear sobre todo tras el accidente nuclear de la Isla de las Tres Millas dañó sus relaciones con la izquierda. Publicó mucho sobre el control de la natalidad, reflejando la perspectiva articulada por Paul R. Ehrlich.
En los últimos años de su vida, Asimov condenó el deterioro de la calidad de vida que percibía en la ciudad de Nueva York al reducirse las inversiones por la huida de la clase media a los suburbios. Su último libro de no ficción, «La Ira de la Tierra», escrito junto con otro autor de ciencia ficción, Frederik Pohl, trata de aspectos medioambientales como el calentamiento global y la destrucción de la capa de ozono.

Obra

La carrera de Asimov puede dividirse en varios períodos. En sus primeros años el tema dominante fue la ciencia ficción, iniciándose con relatos cortos en 1939. En 1950 publica su primera novela Un guijarro en el cielo. Esta etapa duró hasta 1958, terminando con la publicación de El sol desnudo. A continuación, disminuyó de manera importante su producción de libros de ficción mientras se dedicaba a otros temas. En los siguientes 25 años publicó solamente cuatro libros de ciencia ficción. A partir de 1982, se inició la segunda etapa de su carrera en ciencia ficción con la publicación de Los límites de la Fundación. Desde entonces y hasta su muerte, Asimov publicaría muchas secuelas de sus novelas ya escritas, dándoles un tratamiento de conjunto en una forma que seguramente no había él mismo previsto.
Según su punto de vista, Asimov pensaba que sus contribuciones más duraderas serían las Tres Leyes de la Robótica y la serie Fundaciones (véase Yours, Isaac Asimov, p. 329). Más aún, el Diccionario de inglés de Oxford le da crédito al introducir las palabras positrónico, psicohistoria y robótica en el idioma inglés. La primera de estas palabras se aplica a una tecnología enteramente ficticia, aunque basada en el nombre de la partícula subatómica de antimateria opuesta al Electrón, el Positrón, mientras que la segunda se utiliza con frecuencia en un sentido diferente al empleado por Asimov; sin embargo, el uso de robótica continúa aplicándose con el sentido dado por Asimov.

Cronología de novelas y colecciones de relatos cortos de ciencia ficción

· Yo, Robot (1950) (colección de relatos)
· Un guijarro en el cielo (1950)
· En la arena estelar una de las traducciones del nombre The Stars Like Dust (1951)
· Fundación (1951)
· Fundación e Imperio (1952)
· Las corrientes del espacio (1952)
· Serie de novelas de Lucky Starr (1952-1958, escritas con el seudónimo de Paul French)
· Segunda Fundación (1953)
· Las bóvedas de acero (1954)
· El fin de la eternidad (1955)
· El sol desnudo (1957)
· Viaje Alucinante (1966)
· Los propios dioses (1972)
· El hombre bicentenario y otras historias (1976)
· Cambio! 71 visiones del futuro (1981)
· Los límites de la Fundación (1982)
· Los robots del amanecer (1983)
· Robots e Imperio (1985)
· Fundación y Tierra (1986)
· Sueños de Robot (1986)
· Viaje Alucinante 2: Destino cerebro (1987)
· Preludio a la Fundación (1988)
· Némesis (1989)
· Cuentos completos I (1990)
· Anochecer (1990) (con Robert Silverberg)
· Visiones de Robot (1991)
· Cuentos completos II (1992)
· Hacia la Fundación (1993) (póstuma)

Divulgación histórica

A partir de 1965 y hasta mediados de los setenta, Asimov compagina la creación literaria de ficción con la divulgación histórica a través de varios libros que comprenden las más importantes civilizaciones y periodos históricos. Como por ejemplo la Egipcia, Griega y Romana, pasando por la Edad Media, el descubrimiento del Nuevo Mundo y la formación de Estados Unidos. El autor trata de atraer al gran público al conocimiento de la historia a través de una narración amena y sencilla. Se trata principalmente de historia político/militar.
Esta serie de obras ha sido común e informalmente llamada: Historia Universal Asimov y está compuesta por 14 volúmenes con mapas y cronología incluidas en cada uno de ellos.

Temática literaria

Gran parte de la ficción de Asimov se basa en el tema del paternalismo. Su primera historia de robots, «Robbie», cuenta la historia de una niñera robótica. A medida que los robots se hacen más sofisticados, sus intervenciones son más sutiles. En «Evidencia», un robot camuflado como humano consigue un cargo electo. En «El conflicto evitable», los robots quitan el protagonismo a la Humanidad, actuando como niñeras de toda la especie.
Posteriormente, en «Robots e Imperio», un robot desarrolla lo que se llama la «Ley Cero de la robótica», que establece que «un robot no puede dañar a la Humanidad, ni por inacción, permitir que ésta se ponga en peligro». También decide que la presencia robótica está sofocando la libertad de la Humanidad, por lo que la mejor línea de acción es la desaparición por sí mismos de los robots. Una historia que no es de robots, «El fin de la eternidad», muestra un conflicto similar y una misma resolución.
En la serie de la Fundación, que originalmente no tenía robots, el personaje Hari Seldon desarrolla la ciencia llamada psicohistoria a través de la que podrá lograrse crear un imperio después de 1.000 años. Esta serie tiene su propia versión de los guardianes de la República de Platón en el libro «Segunda Fundación», que perfeccionan y protegen el plan. Cuando Asimov termina de escribir la serie en los años cincuenta, la Segunda Fundación eran presentados como los protectores de la Humanidad. Cuando en los años ochenta revisita la serie, le da un tono aún más explícito al tema paternalista.
En «Los límites de la Fundación» introduce el planeta «Gaia», obviamente basándose en la hipótesis Gaia. Todo animal, planta y mineral de Gaia participan de una conciencia común, formando una super-mente que trabaja conjuntamente para el bien común. Al final de esta novela, el protagonista Golan Trevize debe decidir si permite o no el desarrollo de «Galaxia», una mayor versión de Gaia que abarca toda la galaxia. Además se introduce a los robots en el universo de la Fundación.
Aun así, es en «Fundación y Tierra» donde aparecen los primeros robots de la serie que interactúan con los personajes. Y las posteriores precuelas, «Preludio a la Fundación» y «Hacia la Fundación», exploran su comportamiento con mayor detalle. Los robots se han revelado como ocultos benefactores de la humanidad.
Otro tema frecuente, tal vez el revés del paternalismo, es la opresión social. «Las corrientes del espacio» toma lugar en un planeta donde crece un fibro-vegetal único, y a los campesinos los explotan los aristócratas de un planeta cercano. El héroe de «En la arena estelar» ayuda a un planeta que es oprimido por un arrogante imperio interplanetario, los Tyrann.
Las víctimas de la opresión son muchas veces la gente de la Tierra (a diferencia de colonos en el espacio) o los robots. En «El hombre Bicentenario» un robot lucha contra el prejuicio para hacerse aceptar como humano. En «Bóvedas de acero», la gente de la Tierra siente antipatía hacia los ricos «espaciales» de otros planetas y trata a los robots (asociados con los espaciales) de una forma semejante a la de los norteamericanos blancos trataban a los negros a principios del siglo XX, por ejemplo, dirigiéndose a ellos como muchacho. «El guijarro en el cielo» muestra una situación parecida: el Imperio Galáctico gobierna la Tierra y su gente usa términos tales como Miserable terrícola (Earthie-squaw), sucio terráqueo o simplemente terráqueo, pero la Tierra es una dictadura teocrática que impone la eutanasia a todos a la edad de sesenta años. Los héroes son Bel Arvardan, hidalgo galáctico que tiene que superar sus prejuicios y Joseph Schwartz, un sesentón estadounidense del siglo XX que había emigrado desde Europa, donde su pueblo fue perseguido (es bien posible que fuera judío), y se encuentra transportado en el tiempo hasta la época de Arvardan. Tiene que decidir si ayuda a una sociedad oprimida que no lo considera apto para seguir viviendo.
Aun otro tema frecuente de Asimov es el pensamiento racional. Fusionó el misterio policíaco con la ciencia ficción en la novela «Bóvedas de acero» (1954) y en los cuentos de «Misterios de Asimov», en los que generalmente jugaba limpio con el lector introduciendo temprano toda ciencia y tecnología involucrada en la resolución de la trama. Más tarde produjo obras de ficción policíaca, incluyendo la novela «Asesinato en la convención» y los «cuentos de los Viudos Negros», en los que siguió la misma regla. Frecuentemente en toda su ficción, las escenas importantes son esencialmente debates, siendo el ganador el lado más racional, el más humanitario, o simplemente el más persuasivo.