domingo, 17 de enero de 2010

CHAUCER

Chaucer es el más destacado representante de la literatura medieval inglesa.

Como hombre de su época participó en diversas campañas guerreras, lo que le llevó a conocer algunos países europeos, entre ellos España, donde coincidió con las luchas que enfrentaron a don Pedro I el Cruel con su hermano bastardo Enrique de Trastámara. En nuestra patria debió conocer el "Libro de Buen Amor", del Arcipreste de. Hita, del cual encontramos algunas huellas en la obra de Chaucer.

Escribió algunos poemas líricos en los cuales se deja sentir la influencia de los clásicos latinos, especialmente de Virgilio.

La obra fundamental de Chaucer es una colección de narra-ciones breves: "Cuentos de Canterbury". En el prólogo de esta obra Chaucer describe con mano maestra los tipos más representativos de la sociedad medieval: caballeros, monjes, estudiantes, mercaderes, monjas ...

Las narraciones, de tema muy vario y de diversas procedencias, están ligadas entre sí de un modo externo: son las historias que, para entretener las largas jornadas de camino, narra un grupo de peregrinos que se dirigen a la Abadía de Canterbury. Un alegre espíritu de sátira se desprende de las páginas de esta obra que, sin acritud, censura las costumbres de su época con un estilo sencillo y lleno de vitalidad que se refleja especialmente en los diálogos, de los que es Chaucer maestro indiscutible.

Esta obra es, en su planteamiento, muy similar al "Decamerón" de Boccaccio.

EL POEMA DE "LOS NIBELUNGOS"

EL POEMA DE “LOS NIBELUNGOS"
Orígenes de la épica germánica

Las primeras manifestaciones literarias de los pueblos nórdicos son cantos épicos que recogen antiquísimas tradiciones cuyo fondo histórico es imposible desentrañar. Los bárbaros que ocuparon Islandia, Inglaterra y el norte de Europa, tenían en origen común y comunes eran los héroes legendarios cuyas hazañas se transmitieron oralmente durante siglos, a través de breves composiciones llamadas sagas. Otros poemas épicos, las eddas, unían a su carácter narrativo una cierta intención didáctica.

Al entrar en contacto con las culturas del sur de Europa, los pueblos nórdicos aprendieron la escritura y comenzaron a fijar por escrito sus cantos épicos.


El poema de “Los Nibelungos"

Tomando como base las antiguas eddas nórdicas aparece en el siglo XIII el poema de "Los Nibelungos", principal monumento épico de los pueblos germánicos. Su trama es muy complicada y en él se funden leyendas muy diversas.

Sucesos maravillosos, amor y venganza en el poema de "Los Nibelungos"

Sigfrido, heredero del trono de Neerland llega a las costas de Islandia, descubre el tesoro que los Nibelungos habían robado a las ninfas del Rhin oculto en las profundidades de una caverna y mata al dragón que lo custodia. Baña su cuerpo en la sangre del dragón y se convierte en invulnerable. Una hoja de un árbol quedó pegada a su espalda y ese lugar que la sangre no bañó era el único punto de su cuerpo donde el héroe podía ser herido.

Con el tesoro de los Nibelungos, Sigfrido conquista una espada que le confiere gran poder y una túnica que le hace invisible, así como la gracia de comprender el lenguaje de los pájaros.

Oyendo a un cuervo y a un ruiseñor Sigfrido descubre que Brunilda la reina de Islandia, vive en un lugar inaccesible rodeada por un foso de fuego. Sólo el caballero que logre atravesar las ,llamas y salga victorioso de las pruebas a que Brunilda le someta podrá casarse con ella y ocupar el tronó de Islandia.

Sigfrido acomete la empresa y, venciendo todos los obstáculos, logra llegar ante Brunilda, protegido por la túnica que lo hace invisible. Sin darse a conocer abandona la isla y renuncia a casarse con Brunilda y al trono de Islandia.

Se dirige entonces a Burgundia con ánimo de conquistar este país. En él reina Gunter, de cuya hermana, Crimilda, se enamora Sigfrido.

El rey Gunter accede al matrimonio de Crimilda y Sigfrido a cambio de que éste le ayude a superar todas las pruebas que Brunilda impone a los que aspiran a casarse con ella.
Con la intervención de Sigfrido, que apaga el cerco de llamas y lucha invisible a su lado, Gunter sale victorioso Y consigue casarse con Brunilda, que se traslada con él a la corte de
Burgundia.

Allí se entera Brunilda del engaño de que habla sido víctima y, desde entonces, el deseo de venganza la invade. Convence a su esposo de que el héroe invulnerable debe morir. Hagen, noble de Burgundia al cual Crimilda había revelado cuál era el punto vulnerable de Sigfrido, lo mata a traición en una cacería.

Crimilda quiere vengar la muerte de su esposo. Se casa con Atila, rey de los hunos, y vive largos años en su corte. El rey Gunter y los nobles de Burgundia llegan un día al palacio de Atila. Crimilda instiga a los hunos para que ataquen a los nobles burgundios que, invitados por Atila, celebran un banquete.

Después de un terrible combate perecen el rey Gunter y todos sus nobles.


En el siglo XIX, el poema de "Los Nibelungos" sirve de base a una gran ópera

El poema de "Los Nibelungos" que, partiendo de las antiguas eddas y sagas nórdicas, se va enriqueciendo al paso del tiempo con leyendas de diverso origen, se inmortaliza definitivamente con el compositor Ricardo, Wagner, el cual, basándose en el poema, compone en el siglo XIX la ópera llamada "El anillo de los Nibelungos", que ha alcanzado fama universal.

LA CANCIÓN DE ROLDÁN

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LA "CANCION DE ROLDAN"
El. caballero francés Roldán muere en Roncesvalles

Hacia el siglo VIII, el poderoso Carlomagno, al mando del ejército franco, penetra en España que había sido ya invadida por los moros. Aunque su propósito era conquistar Zaragoza, en poder de un reyezuelo sarraceno, no pudo conseguirlo. De regreso a Francia, la retaguardia de sus tropas fue atacada por los vascos en el paso de Roncesvalles. En la batalla, que resultó desastrosa para los francos, murió un caballero muy allegado al emperador: Rolando.

El recuerdo de esta batalla y de las pérdidas que en ella tuvieron los francos permaneció vivo entre las gentes durante siglos. Probablemente se compondrían canciones, relatando los hechos más memorables, que los juglares difundirían con sus recitaciones a lo largo y ancho de todo el territorio ocupado por el pueblo que ha dado nombre a todo el país: los francos.


La lengua "oil" para un pueblo de guerreros, la lengua "oc" para un pueblo de poetas

El pueblo que ocupaba todo el norte de Francia se diferenciaba profundamente del pueblo que vivía en el sur, en la regíón que hoy denominamos Provenza. Los francos eran rudos guerreros, mientras que los habitantes del Languedoc -actual Provenza- eran mucho más cultos y refinados. Incluso la lengua que hablaban unos y otros era distinta.

En Provenza se hablaba la lengua "oc" -de ahí proviene el nombre de Languedoc-, mientras que los francos hablaban la lengua llamada "oil". Es lógico que las primeras manifestaciones literarias de estos dos pueblos tuvieran también profundas diferencias. En Provenza se cultivó muy tempranamente y alcanzó gran esplendor la poesía lirica, mientras que en el norte floreció muy
pronto la épica.




"La Canción de Roldán",
primer monumento
de la épica francesa

El más antiguo cantar épico que se conserva es la "Canción de Roldán", de finales del siglo XI. En él figura un nombre: Turoldo, que puede ser el de un juglar que dio forma literaria al tema que vivía en la tradición oral desde el siglo VIII.

Transcurren tres siglos desde, que la retaguardia de Carlomagno es atacada por los vascos hasta que un poeta inmortaliza la batalla en un poema que se torna como pórtico de la literatura
francesa.

Durante estos tres siglos los hechos históricos se han ido deformando, se buscaron justificaciones para el fracaso de la empresa y se logró centrar el interés en el ejemplo que el valor de los guerreros dio a los francos y no en las pérdidas que la derrota supuso para Francia.


El autor de la "Canción de Roldán" recoge esta tradición y compone un bello poema en el que pueden distinguirse tres partes:

- Traición de Ganelón.
-Batalla de Roncesvalles y muerte de Roldán.
-Venganza del emperador Carlomagno.

Traición de Ganelón. - Durante siete años han combatido los francos en España contra el dominio musulmán. Han librado con éxito diversas batallas, pero Marsile, rey moro de Zaragoza, les ha ofrecido resistencia constante y no han conseguido vencerle. Al fin, cansado de batallar, envía emisarios a Carlomagno para concertar la paz. Alguno de los nobles francos tendrá que entrevistarse con Marsile para firmar el armisticio. Marsile es engañoso y traidor y nadie sabe qué suerte correrá el caballero franco que se. adentre en sus dominios. Roldán, uno de los doce pares de Francia, se ofrece para llevar a cabo tan difícil misión.

Carlomagno ama entrañablemente a su sobrino Roldán, por su valor y nobleza de carácter. y no quiere exponerse a perderlo. por lo cual le niega el permiso para concertar la paz con Marsile. Roldán propone entonces que sea su padrastro Ganelón el que negocie la paz en Zaragoza. Este se resiste, pero tiene que aceptar porque el emperador lo manda. Despechado, Ganelón siente crecer el odio que siempre le ha inspirado Roldán y sale hacia Zaragoza maquinando su venganza contra el héroe franco. Consigue su propósito poniéndose de acuerdo con Marsile para que, engañando a Carlomagno con promesas de paz, ataque al ejecito franco cuando emprenda su retirada hacia Francia.



Batalla de Roncesvalles y muerte de Roldán. - Ganelón comunica al emperador el éxito de su embajada. Carlomagno, confiado, regresa hacia Francia. Roldán, que manda la retaguardia de las tropas, se ve sorprendido por un ataque inesperado de los sarracenos. Con Roldán están otros nobles, también pares de Francia: el prudente Oliveros, el arzobispo Turpin y un ejército compuesto de 20.000 guerreros francos.
Oliveros, el prudente, pide a Roldán que toque su olifante para que Carlomagno lo escuche y regrese en su ayuda. Pero el valeroso Roldán no accede. Quiere bastarse con sus propias fuerzas. Luchan denodadamente pero el esfuerzo es inútil, porque el ejército de los infieles es muy numeroso y continuamente caen sobre los francos nuevas avalanchas de tropas enemigas.

Roldán, perdida toda esperanza, toca su cuerno de marfil con tanta fuerza que los tímpanos le estallan.

Venganza de Carlomagno, - Los más nobles caballeros de Francia han muerto ya. Roldán, mortalmente herido, arrastra los cadáveres de sus amigos ante el arzobispo Turpin que, agonizando, los bendice. Por último, el mismo Roldán se tiende en tierra bajo un pino, coloca junto a él su espada "Durandarte" compañera de tantas batallas y, sintiendo que ha llegado el final de su vida, pide perdón a Dios y muere mirando las tierras de España.

Carlomagno oye el olifante y siente que Roldán está en peligro. Ganelón quiere disuadirle pero Carlomagno ordena a sus tropas que retrocedan, y sospecha que ha sido traicionado.

Al conocer que el emperador se acerca, los infieles huyen, perseguidos por las tropas cristianas que les dan alcance y los aniquilan. Ganelón, el traidor, es ajusticiado, y Cartomagno regresa a Francia llorando a sus caballeros muertos.

Doña Alda, prometida de Roldán, muere de dolor cuando conoce la triste nueva. El Romancero español recoge este episodio en el popular "Romance de Doña Alda".


La "'Canción de Roldán"
es un relato más fabuloso que real

A diferencia del "Poema de Mio Cid", que es esencialmente histórico, la "Canción de Roldán" ofrece grandes deformaciones de los hechos. Así, nos presenta a los sarracenos atacando a la retaguardia del ejército franco, cuando en realidad fueron los vascos los que les causaron la derrota.

Los sucesos fabulosos abundan en el poema y los personajes realizan, con frecuencia, hazañas inverosímiles. Las descripciones del paisaje son escasas. No interesa el escenario sino la acción y el carácter de los guerreros.

Los nobles que acompañan a Cariomagno -los doce pares de Francia- son valientes y muy leales al emperador. En el Cantar se nos presentan exclusivamente como guerreros. Ningún sentimiento personal encontramos en ellos, sólo el de la amistad que unos a otros se profesan.Por ello sorprende el contraste de esta ausencia de sentimiento amoroso en los guerreros francos con el amor que doña Alda siente por Roldán, tan poderoso que le causa la muerte.


La ""Canción de Roldán",
símbolo de la unión entre los nobles y de lealtad al emperador

En el siglo XI, los nobles franceses eran muy poderosos y la autoridad real estaba muy debilitada. Las revueltas eran continuas y Francia estaba en una situación de confusión y desorden totales. Con la "Canción de Roldán" se exalta el valor de la unión y la sumisión de la nobleza a la monarquía, poniendo de manifiesto cómo, gracias al poder que la realeza tenía en el siglo VIII, se consiguió vencer a los sarracenos que amenazaban invadir Europa.

La batalla de Roncesvalles. que no tuvo en realidad gran importancia histórica, se convierte en el Cantar en el símbolo de la victoria del mundo occidental contra el oriental, de los cristianos contra los infieles.

sábado, 16 de enero de 2010

TEMA 3 LITERATURA MEDIEVAL

POESÍA ÉPICA

Antecedentes de los Cantares de Gesta medievales

Los pueblos germánicos conservaban noticia de sus antepasados mediante cantos guerreros que recordaban sus hazañas. Cuando estos pueblos se asentaron definitivamente en las provincias del vencido Imperio Romano Occidental conservaron estos cantos y compusieron otros nuevos sobre los sucesos recientes. Estos cantos, que exaltaban las hazañas de los héroes, fueron el origen de los Cantares de Gesta (gesta significa hechos, hazañas).

Los Cantares de Gesta: poesía épica y al mismo tiempo historia e información

Los clérigos 0 los hombres cultos de la Edad Media podían conocer los hechos del pasado gracias alas crónicas escritas en latín, pero la mayoría de la gente no sabía leer y su único modo de enterarse de sucesos anteriores 0 recientes era oyéndolos narrar de viva voz y en lengua vulgar. Esta era una de las cosas que hacían los juglares.
Una batalla, un hecho heroico 0 cualquier acontecimiento importante era versificado por un autor contemporáneo en un canto que narraba las partes mas sobresalientes de la hazaña 0 del hecho.
La difusión de este canto corría a cargo de los juglares, quienes, a medida que pasaba el tiempo, introducían modificaciones en los versos, suprimían los que no gustaba a la gente y añadían otros nuevos. Estas libertades que se tomaba el juglar con los Cantares de Gesta dieron lugar a dos características de la épica medieval europea:

- EI anonimato.
- La ficción


1. El anonimato: Si el juglar ponía, quitaba y modificaba versos para satisfacer el gusto de los oyentes, los cantares que hoy se conservan no son obras sólo del primer autor, sino también de cada uno de los juglares que retocó el cantar.

2. La ficción: Cuanto más tiempo pasaba, más libre se sen¬tía el juglar para modificar no ya versos, sino situaciones ente¬ras. ¿Quién se acordaba de lo que realmente había sucedido, cuando los contemporáneos y personajes del cantar habían muerto? Sólo se conservaba un recuerdo vago del asunto y nada impedía que el juglar deleitara a los oyentes haciendo que el héroe, con un solo golpe, aniquilara muchos enemigos a la vez. Se sabe, además, que algunos reyes mandaban recitar fragmentos de los Cantares de Gesta antes de las batallas para estimular a los guerreros con el relato de otras hazañas.

La épica francesa:
un ejemplo del gusto por lo maravilloso

Un ejemplo de esta progresiva deformación de los hechos históricos es la "Chanson de Roland" (Canción de Roldán). El suceso real ocurrió en el siglo VIII: la derrota de la retaguardia del ejército carolingio en una emboscada que les tendieron los vascos o gascones que habitaban las montañas del norte de España.

En la "Canción de Roldán", del siglo XI, las cosas son bien distintas: los vascos o gascones han pasado a ser musulmanes; la derrota de Roldán se debe a la traición de un caballero cristiano; la muerte de Roldán y los otros caballeros es vengada en una batalla posterior, en la que el emir de los ejércitos musulmanes es derrotado; Carlomagno es protegido constantemente por Dios y aconsejado por los ángeles.

La épica española: realismo


Los Cantares de Gesta castellanos fueron escritos, en general, al poco tiempo de ocurrir los hechos. Por eso, y al contrario que en la épica francesa, no hay elementos maravillosos, ni prodigios o fuerzas sobrehumanas de los héroes. El recuerdo de los personajes reales de las historias todavía se mantenía fresco en el recuerdo de las gentes, de manera que la ficción es mucho menor que en los Cantares de Gesta franceses. Además, el carácter castellano no tiene excesivas tendencias a la fantasía y las fabulaciones.


Extensión, metro y rima de los Cantares de Gesta


La épica española se mantuvo constante en dos aspectos importantes: la rima asonante y el número irregular de sílabas de sus versos.
La épica francesa empleó en sus comienzos la rima asonante también, pero pronto fue sustituida por la consonante. La igualdad del número de sílabas para cada verso aparece desde el principio.



La lírica provenzal


En Provenza, una región francesa que se mantuvo alejada de los escenarios guerreros, con buen clima y relativo bienestar, surgió en el siglo XII una escuela de trovadores cortesanos. La poesía lírica escrita por estos trovadores tuvo gran influjo en todas las naciones europeas.
Los trovadores son los primeros en cultivar una poesía culta en lengua romance. Sus versos son refinados y sujetos a reglas complicadas. La poesía trovadoresca toma diversos motivos:


a) Poesía amorosa: los sufrimientos del caballero y el desdén de la dama.


La poesía amorosa de los trovadores rinde culto a la dama, considerada como un ser superior a quien se debe vasallaje. Esta consideración de la mujer es nueva en la literatura occidental y, también, la idea de que el amor ennoblece y mejora al caballero enamorado.
La mujer aparecía en la literatura anterior, y en la realidad, como parte del botín de guerra, como esclava o como alguien a quien se puede raptar sin que interese demasiado su opinión. La Edad Media se caracterizó, además, por un sentimiento de desprecio hacia la mujer -misoginia- y se compartía la idea de Ovidio respecto al amor, considerándolo como una enfermedad que, según él, priva del conocimiento, paraliza la voluntad y vuelve al hombre vil y miserable.
El trovador no suele decir el nombre de la dama en la poesía que le dirige, sino que lo oculta con un seudónimo.
La cansó (canción) es la estrofa en que el trovador expresa sus sentimientos amorosos a la dama. Pero existía también un tipo de estrofa dialogada, la pastorela, que desarrollaba el coloquio de un caballero y la pastora a quien solicita en amores.


b) La poesía política: el elogio de los amigos y el ataque a los enemigos.


El ataque a los enemigos del noble que protegía a los trovadores es también otro tema poético. Paralelamente se cultivaba una poesía de elogio hacia los amigos y aliados. La estrofa utilizada en esta poesía de ataque es el sirventés.


La muerte de algún personaje importante es el tema de unos lamentos fúnebres, los planh.


Difusión de la lírica provenzal


La lírica provenzal se difundió ampliamente por Europa e influyó mucho en la poesía posterior. Los peregrinos que recorrían el Camino de Santiago dieron a conocer en Galicia las estrofas provenzales, que influyeron notablemente en la lírica gallego-portuguesa. El gallego, idioma de gran musicalidad, era una lengua apropiada para el desarrollo de la lírica.
Autores castellanos, como Alfonso X el Sabio, escriben en gallego la parte lírica de su poesía por considerar la lengua gallega más apta que el castellano para este tipo de literatura.
La lírica gallego-portuguesa, que alcanzó rápidamente su plenitud, decayó en el siglo xv y no desarrolló nuevamente una poesía valiosa hasta el siglo XIX.

ELTEATRO
De la ceremonia religiosa a
la representación dramática

En las grandes solemnidades religiosas -Navidad y Pascua de Resurrección principalmente-, al final de las ceremonias litúrgicas se acostumbraba a representar, ante el altar, algunos pasajes de la vida de Cristo para conmemorar de un modo más vivo la festividad que se celebraba. Estos diálogos, eran al principio en latín y los representaban ante los fieles los sacerdotes que habían celebrado el oficio divino, como una continuación del culto.

Hacia el siglo x los diálogos van cobrando independencia y adquieren el carácter de verdaderas representaciones teatrales que no se celebran ya en el altar mayor, sino en la nave central del templo. Paulatinamente se van introduciendo elementos profanos y comienzan a intervenir los fieles laicos, que desconocían el latín, con lo cual se va imponiendo e uso de las lenguas romances.

Cuando los elementos profanos son claramente dominantes sobre los Litúrgicos y se introducen partes cómicas y lenguaje vulgar, las representaciones se trasladan al atrio de las iglesias. Por último, la afición del público a esta clase de diversión hace que se representen con frecuencia obras totalmente profanas en las plazas públicas o en locales que se preparaban especialmente para las representaciones. Los actores no son aficionados ni espontáneos, sino profesionales que se ganan la vida con su trabajo: ha nacido definitivamente el teatro .. Es imposible señalar el momento preciso en que se inicia el teatro propiamente dicho. Una serie de continuas modificaciones fueron transformando, a lo largo de siglos, la representación puramente litúrgica en obra teatral profana. En el siglo XIII el teatro, con gran riqueza de elementos cómicos, es una sátira de los tipos y' costumbres de la época.

Hacia el siglo XV comienzan a representarse cuentos escenificados y se inicia también la comedia de costumbres.

EL CUENTO


A partir del siglo IV los escritores cristianos utilizaban con frecuencia ejemplos para ilustrar sus explicaciones, poniéndolas así al alcance de las gentes sencillas.

Estas narraciones, sacadas de vidas ejemplares, de relatos del Antiguo Testamento, de cuentos orientales, que no tienen valor literario, pueden considerarse como germen del cuento, que es uno de los géneros mas cultivados en la Edad Media.


El cuento de esta época tiene casi siempre intención didáctica, aunque las enseñanzas que de él pueden extraerse son de tipo práctico y el desenlace nos lleva a valorar la astucia y la
sagacidad por encima de otras cualidades.


Los apólogos de órigen oriental,. relatos que tienen por protagonistas a animales que hablan y se conducen de forma muy semejante a los hombres, se conocieron en la Edad Media a través de traducciones persas que fueron vertidas al árabe y del árabe al Castellano. Estos apólogos orientales sirvieron de base a numerosas colecciones de cuentos medievales.

Entre los relatos de este, género son particularmente famosos los- "fabliaux" que circularon en Francia en la época medieval. Su finalidad es divertir a las gentes y aunque se ridiculizan los vicios, no hay en ellos intención moralizadora. Por el contrario, con frecuencia se ensalza el engaño trampa en tanto que se ridiculiza la buena intención y la honradez .


Los cuentos medievales interesan, más que por el argumento o por la enseñanza más o menos acertada que de ellos pueda sacarse, por la minuciosa descripción de tipos costumbres de la sociedad que en ellos encontramos,.

Así, la descripción de ambientes y tipos humanos representativos de la época aparece en "Los cuentos de Canterbury" del inglés Chaucer. La obra comienza describiendo a una serie de personajes que van de romería; todos ellos son típicos de la Bala Edad Media: el mendigo, el estudiante, el monje. , el mercader ... retratados con fina ironía.


LANOVELA
La novela caballeresca:
el amor. por la dama y las proezas fantásticas

La cultura cortesana dio lugar, además de a la poesía trovadoresca. a un nuevo género literario de gran importancia, el "roman courtois" o novela caballeresca. Esta clase de novela, surgida en el siglo XII, se prolonga con éxito hasta el siglo XVI y termina con el Don Quijote de Cervantes, que cierra cuatro siglos de novela caballeresca v, al mismo tiempo, inaugura la novela moderna.

La consideración de la mujer en la novela caballeresca es la misma que en la poesía de los trovadores. El culto a la dama sigue siendo algo que perfecciona al enamorado y, para hacerse digno de ese amor, el caballero realiza toda clase de hazañas, con frecuencia increíbles. Si en los Cantares de Gesta el caballero cristiano suele luchar contra los musulmanes al mando de sus guerreros, el héroe caballeresco lucha en solitario contra enemigos fantásticos: dragones, monstruos o ejércitos poderosos.


Lectura y ficción

El público a quien se dirige estas novelas es instruido. En .principio, estos relatos estaban destinados a las damas de la nobleza. que encontraron Un nuevo modo de distracción: la lectura.

Ya no era necesario ningún acontecimiento solemne, ninguna reunión especial para poder oír a los juglares o trovadores; ahora la literatura se convierte en algo de todos los días, en una costumbre. Los relatos tampoco pretenden informar o decir algo importante, sólo distraer, entretener con una serie de aventuras que no por el hecho de ser fantásticas dejan de gustar: ha aparecido el placer de la lectura, la satisfacción que produce leer un relato bien escrito. No importa que no sea verdad lo que se cuenta, basta que sea ameno, atractivo, que haga palpitar la imaginación.


Tampoco son reales los héroes ni la geografía que se describe . Sus temas están sacados de la Antigüedad clásica y, sobre todo, de las leyendas de Bretaña a acerca del rey Arturo y los
Caballeros de la Tabla Redonda.

Si los Cantares de Gesta son anónimos. el autor de la novela de caballerías deja constancia de que la obra es suya y la dedica a una dama de rango o a un gran señor.


LA HISTORIA ,
La Historia escrita en lengua romance

La historia del pasado sólo interesaba a los clérigos y a los hombres cultos de la Edad Media. Por esta razón se escribía en lengua latina, ya que las lenguas romances eran consideradas jergas bárbaras útiles solamente para la comunicación oral.

Es cierto que los Cantares de Gesta tenían un fondo histórico, pero no se escribían ni recitaban con intención histórica, es decir, no se intentaba dejar constancia y veracidad de los hechos para los tiempos futuros.

La prosa romance apareció mucho más tarde que la poesía y en sus comienzos no tenia pretensiones literarias. Se escribía en lengua vulgar sólo cuando era necesario dirigirse a un público amplio y desconocedor del latín.

En general. los historiadores medievales no comprobaban demasiado la exactitud de las noticias que les llegaban y, en más de un caso. se dan por verdaderas una serie de aventuras fantásticas que no tienen relacion alguna con la Historia.

En la Baja Edad Medja fueron frecuentes las historias particulares, es decir. las crónicas de los hechos jmportantes ocurridos durante un reinado, Sus autores solían ser cortesanos próximos al rey y vinculados a la vida política. En estas crónicas el autor suele estudiar el carácter de los principales personajes. ambienta la época con anécdotas y descripciones de la sociedad en que transcurren los hechos y se advierte preocupación por el estilo. que da a estas obras un valor no solamente histórico , sino también literario.


jueves, 14 de enero de 2010

TEXTOS LITERATURA MEDIEVAL

LA MUERTE DE ROLDAN




El rey cuando lo vido, oít lo que faze,
arriba alz6 las manos, por las barbas tirare,
por las barbas floridas bermeja sallia la sangre;
esa ora el buen rey oít lo que diráde,
diz: "¡Muerto es mio sobrino, el buen de don Roldanel
“Aquí veo atal cosa que nunca vi tan grande;
"yo era pora morir, e vos pora escapare.
"Tanto buen amigo vos me soliádes ganare;
"Por vuestra amor arriba muchos me solián amare;
"pues vos sodes muerto, sobrino, buscar me han todo male

ANÓNIMO Cantar de Roncesvalles


EL CUENTO DEL CABALLERO




Narran antiguas historias que en otro tiempo gobern6 la ciudad de Atenas un su duque y señor, llamado Teseo, conquistador tan emérito que no había entonces ninguno tan grande como él bajo la capa del Sol. Después de que someti6 muchas y opulen­tas comarcas, acabó, por su talento y caba­llería, conquistando el reino de Feminia, que antaño denominábase Escitia; y allí cas6 con la reina Hip6lita, a quien con mucha honra y solemnidad llev6 a su tierra. Acompañábales Emilia, hermana de Hipé­lita, y con ellas cabalga el noble duque hacia Atenas, entre victorias y melodías, al frente de su hueste en armas.

De no ser demasiado prolijo de contar, aquí os relataría cómo Teseo ganó el reino de Feminia con su caballería; y la reñida batalla que libraron los atenienses con las amazonas; y cómo Hipólita, brava y bella reina de Escitia, fue solicitada; y la fiesta de bodas, y la gran tempestad que hubo de regreso al país de Teseo. Mas callaré estas cosas, que el tiempo apremia y tengo que arar mucho campo con floja yunta. Aún queda buena pieza del cuento y a nadie quiero retardar en su etapa, pues cada uno ha de narrar su historia para que se vea quién gana la cena. De manera que torno a donde quedé, y digo que estando ya el duque a punto de llegar a su ciudad con felicidad y gran fausto, vio a un lado del camino mu­chas enlutadas que, arrodilladaspor parejas unas detrás de otras, proferían tales clamores y lamentos que nadie oy6 nunca "en este mundo otros, semejantes. y las mujeres, sin lejar en sus vociferacio­nes, asieron las bridas del caballo del duque.
-¿Quiénes sois y por qué turbáis la alegría de mi regreso con esos sollozos? -dijo Teseo-.
¿ Clamáis y lloráis por envidia de mi gloria? ¿ O alguien os infiri6 ultraje ? Decidme, si así es, si os lo puedo remediar, y explicad el motivo de vuestros lutos.


Habló la más anciana de las mujeres y dijo con voz tan quebrada y tan abatido semblante que daba compasi6n mirarla y oírla:

-No nos duele, ¡oh señor, a quien la suerte favoreci6 con la victoria y la conquis­ta!, tu gloria y tu honra, sino que te impe­tramos piedad y amparo. Soc6rrenos, ¡infeIices mujeres que somos!, con tu clemente bondad. Porque sabed, señor, que entre todas nosotras no hay una que no haya sido reina o al menos duquesa, pero ahora, por ardides de la fortuna y de su engañosa rueda que en ninguna condici6n asegura la dicha, hemos caído en gran aflicci6n· Quince días hemos esperado en el templo de la diosa Clemencia, sin más fin que' acudir ante ti y pedirte auxilio, pues en tu poder tienes el hacerlo. Yo, cuitada de mí, a quien ves en estos llantos y lamentos, esposa fui del rey Capaneo, muerto en Tebas en aciago día. Y todas las demás de nosotras son también viudas y perdieron a sus maridos en el asedio de aquella ciudad. Pero es lo peor que el viejo Creón, tirano de la ciudad de Tebas, impelido por su rencor, iniquidad e ira, ha querido ultrajar los cadáveres de nuestros esposos y señores y, haciendo una pila con ellos, los ha dejado para que los canes los devoren, sin permitir que nadie entierre ni incinere esos cuerpos muertos.

A esto, todas las demás damas se postraron en tierra, lamentándose:

-¡ Ten piedad, señor, de estas infortu-nadas mujeres, y no cierres tu ánimo a nuestra cuita !

Cuando las hubo oído, el duque se apeó, sintiendo el coraz6n desgarrado al ver en tal tristeza y desfallecimiento a señoras tan principales. Hizo levantar con sus propias manos a todas y las confort6 con muchos extremos, jurándoles por su honor de caba-llero vengarlas y castigar de tal suerte al tirano Cre6n, que toda Grecia supierac6mo Teseo había aplicado a, Cre6n la muerte que merecía. Y,' sin dilaci6n, mand6 des¬plegar banderas y encamin6se a Tebas con toda su hueste. No quiso llegarse a Atenas, ni a caballo ni : pie, ni descansar siquiera la mitad de un día, sino que, enviando a Atenas a Hip6lita, con su joven y galana hermana Emilia, él sigui6 marchando hacia Tebas.

Sobre su bandera blanca campeaba, resplandeciente, la figura encarnada de Marte, armado de lanza y escudo, y junto a la blanca bandera se veía el rico pend6n dorado donde estaba pintado el Minotauro a quien Teseo diera muerte en Creta. Y con tal aparato y al frente de su ejército, donde se alineaba la flor de la caballería, lleg6 el conquistador ante Tebas y puso pie a tierra en un campo donde contaba pelear.
Mas, por amor de la concisi6n, sólo diré que Teseo combatió con Creón, tirano de Tebas, matándole en noble y caballerosa lucha y ahuyentando a sus hombres. Luego entró en la ciudad por asalto, demoli6 mura¬llas, tablados y armazones y devolvi6 a las cuitadas damas los cuerpos de sus esposos, para que les hiciesen los honores fúnebres que se usaban en aquellos tiempos.

Prolijo fuera contar cuántos llantos y duelos alzaron las mujeres mientras los cadáveres se incineraban, y así no lo relataré, ni tam¬poco los agasajos con que Teseo se despidió de aquellas' señoras, pues es mi propósito hablar sin extenderme.

Luego de que el digno duque Teseo hubo matado a Creón y conquistado Tebas, sentó allí sus reales durante la noche e hizo con el territorio lo que le plugo.

Tras tanta destrucci6n y contienda, em-pezaron los soldados a remover los mon¬tones de cadáveres, para despojarles de sus armas y ropas. Y entre los muertos hallaron, juntos, a dos caballeros jóvenes de ricas armas igualmente labradas, y ambos sangrientamente acribillados de cruentas he-

ridas, al punto de que no cabía decir si se encontraban aún vivos o ya muertos. Lle-garon heraldos, y por las armaduras y arreos de los caballeros vieron que eran de la casa real de Tebas e hijos de dos hermanas. y llamábanse los mancebos Arcites y Pala¬m6n. Los soldados retiraron a los primos de entre los cadáveres y los condujeron con toda cortesía a la tienda de Teseo, quien mand6 encerrarlos en una prisión de Ate¬nas, disponiendo que no se tomara por ellos
rescate alguno. ' -
y luego el noble duque congregó sus huestes, volvi6se a su tierra, coronado de laureles, y habitó en Atenas, con paz y honor. toda su vida. Entre tanto, cautivos en una torre, fuera del alcance-de cualquier rescate, doloridos y acongojados, moraban siempre Arcites y Palam6n.
", Corrieron los días y los años, y una maña-na de mayo, Emilia (que era tan hermosa como el lirio en su verde tallo y más lozana que las flores de la primavera, al punto de competir su rostro con la rosa) levantóse y vistió se, según acostumbraba, antes de rayar el día. Pues mayo es enemigo de la nocturna pereza y hace salir de su sueño a todo corazón puro, exigiéndole que se alce para tributarle homenaje.

Eso hacía Emilia y por ello se levantaba a rendir homenaje a mayo.' Vestía ropas sutiles y ornaban su espalda rubios cabellos, recogidos en una trenza del tamaño de una
vara. Mientras salía el Sol, corría la don¬cella por el jardín, cortando flores blancas y bermejas para enguirnaldarse las sienes, y entre tanto, cantaba con la voz de un ángel del cielo.
La robusta y maciza torre que servía de prisión a los dos caballeros de que os hablé y os pienso seguir hablando, formaba un ~ principal del castillo y comunicaba con la muralla del jardín donde retozaba Emilia. La mañana era despejada y brillante el Sol, y Palamón, el infeliz cautivo, había despertado ya y, autorizado por su guar¬dián, paseaba por una de las habitaciones más altas, tanto que desde allí cabía ver toda la gran Atenas y el jardín, engalanado de verdes frondas, donde la gentil Emilia se solazaba.

Mientras el angustiado Palam6n paseaba por el aposento, volviendo sobre sus pasos una vez tras otra deplorando mil veces su desgracia y el haber nacido, sucedió, ya fuese casualidad o destino, que a través de las gruesas rejas de la ventana, tan cua¬dradas como vigas, percibió a Emilia en el jardín. Al punto retrocedi6 el caballero, prorrumpiendo en un lamento tal como si le hubiesen traspasado el corazón. Oyén¬dolo Arcites, fuése a él prestamente y le preguntó:

-¿ Qué tienes, primo mío, que has palidecido como un difunto? ¿Por qué gritaste y quién te causó mal? Lleva, por Dios nuestra prisi6n con paciencia, que, pues nos la ha deparado la fortuna, no tiene remedio posible. Alguna maligna posición de Saturno respecto a otra constelaci6n nos ha traído esto, pese a nosotros. ¿ Qué nos queda hacer sino aceptar la suerte que los astros, al nacer, nos reservaban?

A lo que Palam6n repuso:

-Te engañas, primo mío. No grité pensando en la prisión, sino porque acabo de recibir en mi corazón, mediante mis ojos, una herida mortal. La hermosura de una doncella que he visto recreándose en el jardín ha sido la causa de mi suspiro y pena. No te puedo decir si es diosa o mujer, pero a mí me parece la misma Venus.

Y con esto cayó de rodillas, exclamando:

-¡Oh, Venus! Si te plugo transmutarte de tal modo en ese jardín ante mí, que tan triste y desvalida criatura soy, pídote que nos ayudes a salir de este encierro. Mas si. .es voluntad divina que yo haya de morir aquí, compadece, Venus, nuestro linaje, que de tal guisa ha humillado la tiranía.

Mientras Palamón hablaba, Arcites había empezado a contemplar a la dama, y tanto le impresionó su singular belleza que se sintió aún más traspasado que Palamón, y dijo, exhalando un doloroso suspiro:

-La lozana hermosura de la mujer que en ese jardín pasea me ha matado. Si no logro sus gracias y favores, si no puedo verla más, , seguro es que moriré.

Palamón, oyéndole, se arrebat6 y dijo:

-¿Por ventura te chanceas, primo?

-No me chanceo -respóndió Arcites-.
Así Dios me ayude como no me mofo
.
Palamón arrugó el entrecejo y adujo:

-Ser conmigo traidor y falso no redundaría en tu honor, pues que soy tu hermano y tu primo y entrambos nos hemos jurado solemnemente no oponernos el uno al otro en cosa alguna, ni aun en amor, y ello incluso a costa de tortura y durante tanto tiempo como viviésemos. Y dijimos también que tú me favorecerías en toda coyuntura y yo a ti de la misma manera, lo que no osarás desmentir, pues tal fue lo que juramos. Empero, quisieras ahora disputarme a esa dama a quien yo amo y honro, como lo haré mientras mi corazón no deje de latir. Mas te digo, engañoso Arcites, que no te consentiré obrar así. Yo he amado primero a la dama y te confié mi pena para pedirte consejo y socorro como a hermano juramentado. Como caballero, estás obligado a socorrerme con todo tu poder. Cuando no, te tengo por felón

-Más felón eres tú que yo, pues de corazón te digo que la felonía está en tu naturaleza. Yo he querido a esa dama antes que tú "par amour". En cambio, tú, ¿qué puedes pretender cuando todavía no sabes si ésa es mujer o diosa? Tú eres de índole inclinada a la santidad; yo de índole inclinada al amor, y por ello te he contado mi pasión como a primo y hermano. Pero, aun en el supuesto de que tú hayas amado antes a esa doncella, ¿ cómo no sabes que con el enamorado no rigen leyes, según dijo, con razón, un docto escritor antiguo? A fe que el amor es la ley mayor que puede el hombre tener en el mundo, y de aquí que la ley regular y cualesquiera otra disposiciones sean burladas por el amor siempre. Ama el hombre sin que en ello tenga parte su voluntad, no puede rehuir el amor ni a costa de la muerte, y no deja de amar porque el objeto de su amor sea casada, doncella o viuda. Además, no es verosímil que ni tú ni yo alcancemos nunca los favores de esa dama, ya que no ignoras que nos hallamos condenados a prisión de por vida, sin esperanza de rescate. Estamos haciendo como los dos perros que se disputaron un hueso todo un día y al cabo llegó un milano y cargó con el hueso mientras ellos porfiaban. Así, hermano, no olvides que en la corte del rey, cada uno mira por él, y basta, Ama a esa mujer si te place, que yo haré siempre lo mismo- Y no hablemos más, querido hermano. Piensa que hemos de vivir en esta torre y cada cual ha de aceptar su destino.

Aún discutieron mucho más, pero no tengo tiempo de relatar sus razones y prefiero ceñirme a los hechos y narrar mi historia tan sucintamente como pueda.

Un día, cierto noble duque llamado Perithous, amigo de la niñez del duque Teseo, fue a visitar a éste en Atenas, según acostumbraba, porque eran ambos los dos mejores amigos del mundo, al extremo de que, cuando el uno muri6, el otro fue a buscarle a la regi6n inferior, según rezan los antiguos libros. Mas no hablaré ahora de esa historia. Perithous amaba mucho al joven Arcites, por haberle conocido en Tebas hacía luengos años y, habiendo intercedido por él, Teseo accedió a sacar al tebano del encierro, sin rescate, autorizándole a ir donde quisiera, bajo condici6n de que jamás entraría en territorio de Teseo, ni de día ni de noche, porque entonces sería decapitado a filo de espada. De manera que sólo quedaba al mancebo el recurso de alejarse y andar precavido, pues que su garganta respondía del cumplimiento de su pacto.

¿ Quién podría pintar la aflicción de Arcites cuando supo a qué precio ganaba su libertad? Llor6, quejose, gimió y hasta quiso matarse. Todo el día pasaba diciendo:

_¡ Maldito sea el día en que nací! Peor va a ser ahora mi destino; que ya no moraré en el purgatorio, sino en el infierno. ¿Por qué, ¡ay de mí!, habré conocido nunca a Perithous? De no conocerlo, hubiera yo continuado en la prisión de Teseo, y hubiese sido venturoso sólo con la vista de aquella a quien amo, aunque nunca pudiese obtener sus favores.

Y luego, pensando en su primo, continuaba:

-¡ Ah, Palamón, victorioso eres en esa aventura! ¡Afortunado tú, que sigues en la prisión! Pero, ¿qué digo prisión, cuando es paraíso? A fe que buena treta me ha jugado la fortuna: heme ausente de mi amada y hete tú con ella ante los ojos. De esta manera, teniéndola cerca y siendo caballero digno y meritorio, acaso cualquier veleidad, _ de la suerte te permita satisfacer tus anhelos, mientras yo me veo en destierro y sin gracia, tan desesperado, en fin, que ni el agua, ni el fuego, ni la tierra, ni el aire, ni cosa alguna que de estos elementos se derive pueden ofrecer remedio a mi mal.

Por su parte, Palamón, cuando Arcites hubo quedado libre, entregóse a tantos duelos que la torre retumbaba con sus sonoras lamentaciones. Y tan amargas y salitrosas lágrimas lloraba, que hasta ablandó las gruesas cadenas que sujetaban sus tobillos.

-¡Ay, Arcites, primo mío! -se quejaba- i Bien sabe Dios que al fin venciste en nuestra porfía! En Tebas estás ahora, en plena libertad, y harto poco piensas en mi dolor. Y, como eres valeroso e inteligente, cábete juntar a nuestros deudos todos y hacer a esta ciudad tan cruenta guerra que acabes logrando, por azar o pacto, tener por esposa a aquella por quien yo debo necesariamente perder la vida. Mucha es tu ventaja sobre mí, que eres dueño y libre de ti, mientras yo me pudro en una mazmorra.

Y en esto el fuego de la cruel envidia rasgó su pecho, adueñándose de su corazón con tanta vehemencia que lo redujo a cenizas frías y muertas por ello prorrumpió en las siguientes razones:
-Dioses crueles que gobernáis este mundo y en láminas diamantinas inscribís vuestras decisiones eternas, decidme: ¿ en qué es más dichoso el género humano que el rebaño refugiado en el aprisco? Mátase al hombre igual que a una bestia cualquiera, y amén de ello se le somete a prisiones, contrariedades y dolencias, muchas de ellas, ¡ oh, dioses!, sin culpa alguna. ¿ Qué ley rige esto y atormenta al limpio de mancha? ...

Pero mientras así se deploraba Palamón en su encierro, tornaremos a ocuparnos de Arcites. Había pasado el verano, y las noches, con su mayor longitud, acrecían los tormentos del preso y del desterrado. No podría yo decir cuál de ambos estaba más afligido, pues si Palamón gemía bajo prisión y grillos perpetuos, Arcites veíase para siempre proscrito, so pena de su vida, de la tierra donde su dama moraba.
¿ Cuál enamorado era más digno de lástima? ¿Arcites o Palamón? Uno podía mirar a su amada diariamente, mas sin salir de la torre; otro, dueño de andar por donde quisiera, no podía contemplar a su dama jamás.

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