ODA A LA CIGARRA
¡Cuán feliz eres, cigarra,
cuando en la cima de los árboles,
ahíta después de beber una gota de rocío, te
duermes como una reina!
Cuanto te rodea es tuyo,
y cuanto ves en la llanura
y cuanto produce el bosque. Eres
y cuanto produce el bosque. Eres
amada de los campesinos,
pues no causas perjuicio en sus campos;
pues no causas perjuicio en sus campos;
los mortales te honran,
saludando en ti a la amable mensajera del verano.
saludando en ti a la amable mensajera del verano.
Las Musas te aman, y también
el propio Apolo, que te dio una voz armoniosa.
La vejez no puede alcanzarte, hábil hija de la tierra, tú
el propio Apolo, que te dio una voz armoniosa.
La vejez no puede alcanzarte, hábil hija de la tierra, tú
que sólo amas el canto,
tú que no conoces el sufrimiento,
tú que no tienes ni sangre ni carne y que casi te
tú que no conoces el sufrimiento,
tú que no tienes ni sangre ni carne y que casi te
pareces a los dioses.
ANACREONTE Odas
LA BODA
"Ya llegan Héctor y su cortejo con la de-
licada Andrómaca, la muchacha de brillantes
pupilas, desde la sagrada Tebas y desde
Placia, la fuente de aguas perennes, a bordo
de sus naves sobre la mar salada. Vienen
también con ellos muchos brazaletes de oro y
vestidos de púrpura cara al viento, joyas
refulgentes y marfiles labrados, e innume
rables copas de plata." Así habló (el heraldo).
Y el querido padre del novio se puso en pie de
un salto. Por toda la ancha Troya la noticia se
esparce entre los amigos. A toda prisa los
(Hadas atan los mulos a las carrozas de ágiles
esparce entre los amigos. A toda prisa los
(Hadas atan los mulos a las carrozas de ágiles
ruedas. Subíanse a ellas racimos de mujeres y
de muchachas de gráciles tobillos. Iban también, aparte, las hijas de Príamo. Por su
parte. los varones. todos en la flor de la edad,
enganchaban los corceles a sus carros de
guerra.
La flauta dulcísona, la cítara y el repiqueteo
La flauta dulcísona, la cítara y el repiqueteo
de los crótalo s mezclaban su sonar. Con sus
agudas voces las muchachas entonaban la
canción sagrada, cuyos divinales ecos subían
hasta el cielo. La mirra, y la casia, y el
incienso ardían juntamente. Las damas de
edad más avanzada cantaban a coro el canto
nupcial. Y los varones todos hacían resonar la delicia del "orthio" o canto agudo, invocando
a Peón, dios experto en el manejo del arco y
de la lira, y celebraban a Héctor y a
Andrómaca semejantes a dioses.
SAFO
Poesías. (Traducción en prosa.)
SAFO
Poesías. (Traducción en prosa.)
LOS DOS AMIGOS Y EL OSO
Caminaban dos amigos por la misma senda.
cuando se les apareció súbitamente un oso.
Trepó prontamente uno de ellos a un árbol y
allí se ocultó: el otro, al verse en peligro de ser
atrapado. se tiró al suelo y fingió estar muerto.
Acercóse el oso a éste y le pasó el hocico por
todo el cuerpo, pero el hombre retenía la
respiración, porque sabía que este animal no
toca los cadáveres. Cuando el oso se hubo
alejado de allí, descendió el que estaba en el
árbol y preguntó qué le había dicho el oso al
oído.
-Que en lo sucesivo no viaje con amigos
oído.
-Que en lo sucesivo no viaje con amigos
que me abandonan en el momento de peligro
-contestó el otro.
Los amigos verdaderos se reconocen
Los amigos verdaderos se reconocen
siempre en la hora de la necesidad.
Esopo Fábulas
Esopo Fábulas
LA MUERTE DE AGAMENÓN
CORO
i Oh condición de la fortuna humana! Si
es feliz, como sombra desaparece; si
desdichada, sus vestigios borra
una húmeda esponja. i Triste olvido, sobre
una húmeda esponja. i Triste olvido, sobre
todos los males lamentable! Jamás su sed
de dicha el hombre sacia. Del opulento
alcázar ¿ quién las puertas a la ventura
cerrará, diciendo:
"No entres aquí, con lo que tengo basta"? Este a
"No entres aquí, con lo que tengo basta"? Este a
Troya venció merced a Zeus,
y a la patria volvió por Zeus honrado:
y a la patria volvió por Zeus honrado:
mas, si su sangre es pago de otra sangre,
y rescate su muerte de otra muerte,
¿de haber nacido de pesares libre
quién, ante ejemplo tal, podrá gloriarse?
¿de haber nacido de pesares libre
quién, ante ejemplo tal, podrá gloriarse?
AGAMENÓN (Dentro)
i Ay de mi que de muerte soy herido!
CORIFEO
¡Silencio ! ... ¿ Quién clamó? ¿ Quién es
¡Silencio ! ... ¿ Quién clamó? ¿ Quién es
[el muerto?
AGAMENÓN
¡Ay, cielo! ¡Ay! ¡Segunda vez me hirieron!
....................................................................................................
(Ábrense las puertas del palacio y aparece CLlTEMNESTRA. Más al fondo, los cuerpos de AGAMENÓN y de CASANDRA.)
(Ábrense las puertas del palacio y aparece CLlTEMNESTRA. Más al fondo, los cuerpos de AGAMENÓN y de CASANDRA.)
CLITEMNESTRA
Momentos ha, cuando la ocasión pedía,
casas hablé que desmentir ahora
no me causa rubor, pues, de otra suerte
no me causa rubor, pues, de otra suerte
aquel que a su enemigo la ruina
bajo apariencias de amistad prepara,
¿ cómo en red tal que sus esfuerzos burle
bajo apariencias de amistad prepara,
¿ cómo en red tal que sus esfuerzos burle
envolverle podrá?
De antigua hazaña
nació esta lucha, aunque en nacer tardía.
nació esta lucha, aunque en nacer tardía.
Aquí, do le maté; aquí serena,
junto a mi obra estoy. Yo, no lo niego, yo,
junto a mi obra estoy. Yo, no lo niego, yo,
de modo lo hice que a mis manos no pudiera escapar.
Red sin salida,
red fatal de opulenta vestidura,
cual peces coge el pescador, cogióle.
red fatal de opulenta vestidura,
cual peces coge el pescador, cogióle.
Dóile dos golpes, dos gemidos lanza, y
exánime desplómase. Caído,
lo hiero una vez más; votiva ofrenda al
lo hiero una vez más; votiva ofrenda al
dios de las mansiones infernales. al
guardián de las sombras dedicada. Así
caído, por la vez postrera
estremécese y muere. De la herida
estremécese y muere. De la herida
salta la hirviente sangre, y negras gotas
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